Yo sé bien que no merece que la quiera tanto y tanto
si un rosario de quebrantos a mis sueños le brindó,
si mil veces ha probado que no tiene sentimiento
si ha jugado con mi vida, con mis sueños, con mi amor.
Sin embargo todavía, amordazo rebeldías
y me olvido del castigo, del martirio del ayer
y aferrado, empecinado, le pregunto todavía
tembloroso y vacilante, vida mía, ¿me querés?
Mentira...
es su vida una mentira.
Mentira...
que a mi vida le brindó...
Sin embargo
a pesar de todo eso
por el fuego de sus besos
todo olvido, todo doy.
No importa
que me mienta despiadada.
La quiero
¡más allá del corazón!
Este drama que yo vivo sólo pueden comprenderlo
los que quieren con el alma, con la sangre, como yo
se ha metido entre mis venas, como gota de veneno
si la quiero cada día con más fuego y más amor...
Por un beso de su boca yo no sé lo que daría
por tenerla entre mis brazos y escuchar su corazón,
entre el cielo y el infierno, el infierno elegiría
si me espera en el infierno la locura de su amor.