En un rincón del templo
Hincada y sollozando
Una viejita humilde
Que tiembla de emoción
Son lágrimas de su alma
Las cuentas del rosario
Y esa infinita angustia
La de su corazón
Respetan esa pena
Los que saben su historia
Y en su dolor profundo
Repite en su oración
Señor yo tuve un hijo
Pero vino la guerra
Me lo pidió la patria
Y nunca
Nunca más volvió