Señor de los buenos
Señor de los tristes
Que por noble y bueno
Estás en la cruz
Tu que por los hombres
La sangre vertiste
Desciende a la tierra
Derrama tu luz
No oirás a los hombres
Hablar de otra cosa
Que de hambre, de guerra
De pólvora y gas
El odio se viste
De frases hermosas
Y va agazapada
La muerte detrás
Señor, Señor
Por las almas
De todos los hombres
Que hallaron la muerte
Sin irla a buscar
Y hoy duermen sus sueños
Sin cruz y sin nombre
En tanto que el hambre
Se ensaña en su hogar
Señor, Señor
Que cese la guerra maldita
Se abracen los hombres
Y no luchen más
Y has con tu divina
Piedad infinita
De cada trinchera
Un templo de paz
Por todas las madres
Enfermas de ausencia
Y por las privadas
De todo sostén
Despierta a los hombres
Alumbra conciencias
Y harás que se apaguen
Los odios
Amén