Como una pluma que trajo la marea,
es una luz del centro del planeta,
viniste para quedarte.
Como el canto del mar entristecido
te fui pintando en trazos tan sencillos;
viniste para llevarme.
Cuídame,
como un mortal me dejaré
al fin atrapar en los brazos de un gigante.
Cuídame,
como un mortal me enamoré,
fui invocado este canto que te siente.
En un abrazo me desaparezco,
en tu perfume encuentro el consuelo.
Viniste para enseñarme.
Y los secretos que guardan estas nubes
se entretejen queriendo revelar que
viniste y no me abandonaste.
Cuídame,
como un mortal me dejaré
al fin atrapar en los brazos de un gigante.
Cuídame,
como un mortal me enamoré,
fui invocado este canto que te siente.
Los astros no sólo brillan,
son almas que nos guían.
El agua, pasto y cielo cambian de color
y en un suspiro desaparece el dolor.
Cuídame,
como un mortal me dejaré
al fin atrapar en los brazos de un gigante.
Cuídame,
como un mortal me enamoré,
fui invocado este canto que te siente.
Fui invocado este canto que te siente.
Fui invocado este canto que te siente.