Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.
Hoy quisiera estrechar mi ciudad sumergida
—boca de los corales, alma de las esponjas,
dureza de las piedras que se encuentran a veces,
ojos de las estrellas de mar y los peces—.
Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción.
Cómo voy a cambiarle el color a una ola.
Qué se puede querer si todo es horizonte.
Qué le voy a enseñar a la suma del viento.
Qué le puedo objetar a una noche estrellada
con mi vela amarilla y mi proa emparchada.
Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción.
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.
Cada rizo del suelo es un sueño contado,
algo como un recuerdo, una imagen, un beso
y en la espalda del día se queda ese algo.
Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.
Hoy te quiero cantar más allá,
más allá de donde ha de llegar
la canción
—mi canción—.