América, te hablo de Ernesto
Con una mano larga
para tocar las estrellas
y una presión de dios en la huella.
Paso por tu cintura
por tu revés y derecho
el curador de hombres estrechos.
Preparando el milargo
de caminar sobre el agua
y el resto de los sueños
de las dolencias del alma.
Vino a rajar la noche
un emisario del alba.
Y con voz tan perfecta
que no necesita oído.
Hizo un cantar
que suena a estampido.
En todos los idiomas
el emisario va a verte,
en todos los idiomas
hay muerte.
Aunque lo entierren hondo
aunque le cambien la cara,
aunque den esperanza
y brille la mascarada
llegará su fantasma
bien retratado en las balas.