Un cuaderno de novelas rosas,
De galgos y esposas, de letras y notas…
Oficinas de 4x4, de todoterrenos,
de viejos y sabios, de llaves tan rotas….
Y unos rizos de Andrés Calamaro tatuados en rabia de noche fugaz…
Una niña que no era la típica ahogada en codicias de joyas de altar.
Una luz, una menta que brilla,
Los pies en la orilla, Cantabria y la Arnía,
Aquí no llegan los peces de acuario
De corbata en nudo y “me sobran los duros”,
De Amor de Anticuario.
Y es entonces, tumbado en la piedra que te das la vuelta y me dices que sí…
Que abandonas las cuatro paredes, las mil y una redes para ser feliz.
Será verdad que no aguantas mis mañanas,
Mis miedos cuando nadie nos daba la razón.
Y será verdad que se me han quitao’ las ganas
De “estírate la falda y no llames la atención”.
Y sentada en el salón olvidé que sólo soy,
Una especie en extinción.
Y esa niña tan llena de vida,
Cada noche cita a la luna en la orilla.
Donde no llegan peces de acuario,
De corbata en nudo y “me sobran los duros”
De amor de anticuario.
Y es entonces, cuando es luna nueva, que se da la vuelta y te dice que sí..
Que abandona la corte belleza, la noble riqueza, para ser felíz…
Será verdad que no aguantas mis mañanas,
Mis miedos cuando nadie nos daba la razón.
Y será verdad que se me han quitao’ las ganas
De “estírate la falda y no llames la atención”.
Y sentada en el salón olvidé que sólo soy…
Esa niña cansada de oficinas,
Que se busca la vida cantando esta canción.
Y en tu rutina no hay hueco ni cabida,
Ni espacio en tu repisa para esta inspiración.
No me pidas por favor,
Que me olvide una vez más.
No me encierres mi amor,
En tu acuario de cristal,
Pues tan sólo soy real….