En la búsqueda del mango
que es el karma de mi vida
esta historia es repetida,
casi no merece un tango.
A escruchar una oficina
con el Rengo y el Carniza
y el Pelado, que organiza,
dice que es pura rutina.
Y llegaré preñados los bolsillos,
se ablandará por fin tu cuore lento.
Traeré escocés, falopa y cigarrillos,
y reirás cuando en la cama tire el vento.
El Rengo pone su Chevy,
yo llevo los cuatro fierros,
y el Camiza por si hay perros
trae un pecheto con vino.
Si todos ponemos huevos
nos asegura el Pelado,
el plan deja descartado
que nos encanen de nuevo.
Y vas a ver que no era puro cuento.