Si supieras las cosas que encontré
hurgando en tu cajón de madrugada.
El cerebro me apuraba el corazón
pero no se me notaba.
Si leyeras las cosas que escribí
esa noche mientras vos te maquillabas.
Me atoraban las metáforas de amor
pero no las escupí.
Tu mirada es un lago de aceite en el mar
tu pelo un gemido del sol.
Te quejabas por el vento y yo siempre te escuché.
Pero no te lo mostraba, a mí no me importa nada,
yo me quedo en la vereda disfrutando el apagón.
Despegaste temprano aquella vez,
yo rodé para tu lado de la cama.
Le escribías una carta a un senador
y quemabas el café.
Tu mirada es un lago de aceite en el mar
tu pelo un gemido del sol.
En mi pecho hay un músculo divagador,
no creas que no es para vos.
Arrancáme del techo el dibujo del sol,
apagá los violines de Dios.
Que se vea el abismo que une a los dos,
que se sepa que es raro el amor.