Ni las garras del frío, ni el sabor del olvido, ni el licor
De otros labios vacíos adictos a mi amor
Ni las flores del fango, ni la lluvia en el barro, ni el sabor
De este vino picado, ni los lutos, ni el rencor
Te escribo esta canción robada
Al aire de la madrugada
Que se ha quedado en nuestra cama
Dejando al tiempo en la ventana
Y hoy no me importa el mundo alrededor
Ni ese tren que me espera en la estación
Ni las calles desnudas sin tú amor
Ni el otoño dormido en tu balcón
No me importa el mundo alrededor
Ni el invierno que enfría el corazón
Ni esa foto que cuelga en tu salón
De ese hombre que no, que no soy yo
Ni las esquinas del viento, ni los portales del cielo
Ni el temor a sentirme indefenso cuando sin tú boca estoy