Ni el silencio que entró sin llamar
Y se instalaba entre los dos
Como las dudas que al despertar
Nadie nos aclaró
Ni esa epidemia de soledad
Que descubrió en la habitación
Un techo donde anidara
Quebrando la ilusión
Ni el deseo que se apagó
Como llama bajo la lluvia
Ni ese sueño que al fin nos duró
Lo que tardó en salir otra vez el sol
Nada ha sido tan amargo amor
Como el trago de decir adiós
Sin testigos, culpas, ni rencor
Con las que enmascarar nuestro dolor
Ni los recuerdos que pude salvar
Ni los que la vida me negó
Ni la rutina que vi apagar
La sed del corazón
Ni en el futuro que intuí junto a ti
El mundo vi tras el cristal
Dando vueltas sobre si
Y sin participar