Por una senda
Por una senda van los hortelanos
que es la sagrada hora del regreso
con la sangre injuriada por el peso
de inviernos, primaveras y veranos.
Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.
Por otra senda yo, por otra senda,
que no conduce al beso, aunque es la hora,
sino que merodea sin destino.
Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora,
olvidando que es toro y masculino.