Madrepena suele retorcerse
sangrando acá en mi lecho
cubierta de sequía
temblando de placer
riendo gota a gota
quebrándome.
Acá no hay trueno que conmueva
no hay lágrima
acá tu suave melodía
no llueve más
Jamás pensé que fueras a arrojar
al saco del desprecio
mi flor y mi lunar.
Jamás hubiese imaginado
ver tu cara reflejada
en el fondo de este mar.
Cuando madre llega
la crudeza se posa lentamente
como si fuera agudo su paladar.
Jamás pensé que fueras a arrojar
al saco del desprecio
mi flor y mi lunar .
Jamás hubiese imaginado
ver tu cara reflejada
en el fondo de este mar.