Mis penas, mis alegrías,
mi tristeza y soledad,
mis ilusiones perdidas
y un camino por andar.
A veces pregunto al viento
y no me quiere escuchar.
El viento sigue su marcha;
yo me quedo y él se va.
La calle donde jugaba
mi juventud de mi soñar:
Un cigarrillo a escondidas,
un domingo sin jugar.
A veces pregunto al viento
y no me quiere escuchar.
El viento sigue su marcha;
yo me quedo y él se va.
Cuando paso por la calle
y me miran al pasar,
sé que esas mismas personas
de mí se van a olvidar.
Las luces se han apagado
con el aplauso final,
y los que hoy tanto me quieren
mañana me harán llorar.
A veces pregunto al viento
y no me quiere escuchar.
El viento sigue su marcha;
yo me quedo y él se va.
A veces pregunto al viento
y no me quiere escuchar.
El viento sigue su marcha:
yo me quedo y él se va.