Diez
Lo dejo aquí, ahora que
no oigo sonar la lluvia en los cristales.
Y aunque sé, que pensaré
inevitablemente en ti.
Encenderá la luz
para no verte.
Encontraré la forma
de olvidar.
Somos grandes para odiarnos,
ya no hay nada entre los dos.
Cuando te imagino, siento
roto el corazón por dentro.
Dime a cuento, ¿de qué vino
ese juego estúpido?
Si ya habías decido
no volver amarme más.
Todo está bien, regresa aquí,
sé que sabré resistirme a tus lágrimas.
No creo que pueda evitar
preguntarme de nuevo por ti.
Confundámonos
entre la gente.
Y tratemos de mostrarnos
indiferentes.
Somos grandes para odiarnos,
ya no hay nada entre los dos.
Cuando te imagino, siento
roto el corazón por dentro.
Dime a cuento, ¿de qué vino
ese juego estúpido?
Si ya habías decido
salir de mi vida.
Son diez minutos, diez estaciones,
son diez palabras, que no he te dicho.
Del uno al diez y diez era el voto,
que nos pusimos.
Y si es tarde para amarse,
no seremos cómplices.
Somos grades,
somos grandes,
somos dos extraños ya.
Dejemos por fin al lado
nuestros sentimientos.
Dime a cuento, ¿de qué vino
ese juego estúpido?
Si ya habías decido
no volver a amarme, no,
no volver a amarme.