Específico
Meticulosamente básico me encuentro entre las noches de suicidio del dolor,
Me salgo del libreto me acuesto entre dos soles y siento ese roce,
Metido en este invierno de lámparas fugaces, que aqueja a aquellas sombras maliciosas,
Que prometen la venganza de tipos incapaces de reir.
Y allí espera, allí, la novia de los antros y el fulgor,
Con las ganas maniatadas mientras raspa un do menor
Amanece entre frazadas que funcionan de colchón
Mientras reza un cigarrillo (¡y susurra esta canción!)
No es que tenga miedo, ¡sólo quiero verte bien!
No es que mienta un cuento, solo quiero un verso de esos besos.
Que reflejes en los ojos alaridos viscerales,
Y me prestes carnavales de caricias inexpertas,
Que grites tus ideales, cuando digas lo que sientas
Y habrán de ser inmortales nuestros lapsos de consciencia.
Mejor me voy y no te digo, lo que pienso de tu ombligo
y mis razones de entrecasa.
Mejor me abrazo a tus andanzas y me prometo una vida:
El corazón busca revancha.
Y ya que estoy empalagando, les comento, mis queridos:
“nos conozco, esto nos gusta”.
Nos asusta el exitismo, los caretas, los abismos
y las risas excesivas.
Sigue esperando la novia de los antros y el fulgor,
Esta vez con vaso en mano y un corchazo al corazón.
Baila y mueve su cadera en la inocencia del montón
que la miran y se muerden entre ellos (mientras nace esta canción).
No es que tenga miedo, ¡sólo quiero verte bien!
No es que mienta un cuento, solo quiero un verso de esos besos.
Que reflejes en los ojos alaridos viscerales
y me prestes carnavales de caricias inexpertas.
Mi cultura: tus lunares
Tu experiencia: mis respuestas
Me encomiendo hacia los males, la religión es cosa muerta.