Había una vez un Periodiquerito,
que era muy pobre,
y solo podía vender periódicos viejos
porque no le alcanzaba
para conseguir los periódicos nuevos.
La gente no le compraba sus periódicos
porque ya eran viejos
y la gente quería periódicos nuevos.
Entonces el Periodiquerito no vendía nada
y cada día se le acumulaban
más y más periódicos viejos.
Entonces lo que hizo el periodiquerito
fue poner una planta recicladora de papel,
y se hizo multimillonario.
Compró todas las empresas periodísticas
y de noticias, prohibió la publicación
de noticias actuales y obligó así
a la gente a leer puras noticias del pasado.
En los periódicos que salieron a la venta hoy,
por ejemplo, se pueden leer que los zapatistas
están por llegar a ciudad de Méjico
y se encontrarán con los villistas.
No se lee bien la fecha,
como que parece decir 1914 ó 1997.
¡Tam-tam!