Emboscado en las entrañas de una travesía
De cien mil desiertos que no admiten vuelta atrás
Siento que el camino que he quemado cada día
Me conduce, cuando acaba, a otro desierto más
Pero sigo andando en busca de algún espejismo
Por si alguna vez alguno de ellos es el mar
Los hallados hasta ahora solo han sido abismos
Por los que caí por no adorar ningún altar
Perdido el norte
El este, el oeste y el sur
Qué pretenden con tantas hambrunas
Y pestes y guerras y muertes en serie
Si todos estamos al albur
De la intemperie
Y así voy sorteando tumbas son el santo y seña
Huérfano de estrellas que me indiquen algún Sol
Pero ya no hay luz, ni fuego, ni siquiera leña
Ni la noche melancólica del girasol
Y aunque sé que ya no existen mapas inocentes
Voy a la deriva como va mi poca fe
En creer que puedo huir de la hidra inteligente
Ese pandemónium del poder que nadie ve