Existen cielos que yo jamás veré,
De blancas nubes con cuellos de cisne
Que parecen emerger
De la tierra como níveas flores.
Los he buscado de estación en estación,
Llegué a Madrid, Nueva York y Estambul
Pero no llegué a una conclusión,
Ya se han confirmado mis temores.
Que duelen las horas en la oscuridad,
Que fumo diez mil cigarrillos que sé que mi voz quebrarán,
Que rezo y voy dibujando en ceniza una cruz,
Que súbitamente caiga un rayo y se haga la luz.
Me pregunto dónde estarás,
Me pregunto por qué no estás aquí.
Si me haces falta hoy que una guerra va a estallar,
Dicen son tiempos de paz, pero sólo es lo que algunos llaman paz,
Y sé que niña tienes miedo.
Sé que lo tienes, sé que yo lo tengo
Y sé que las noches sin ti son un infierno.
Y duelen las horas en la oscuridad,
Y fumo diez mil cigarrillos y sé que mi voz quebrarán,
Y rezo y voy dibujando en ceniza una cruz,
Que súbitamente caiga un rayo y se haga la luz.
Y duelen las horas en la oscuridad,
Y fumo diez mil cigarrillos y sé que mi voz quebrarán,
Y duelen las horas y yo le rezo a mi dios
Que súbitamente un rayo nos parta a los dos,
Que súbitamente un rayo nos mate a los dos,
Que súbitamente un rayo nos fulmine a los dos