Se acerca tu ejecución, no intentas nada.
El verdugo está ahí, recurre a tu magia.
Campanas, desolación, la hoguera y la cruz.
De acuerdo en compartir la misma maldición.
Curiosidad cruel, mirada torpe.
De pueblo y un cártel; grotesca velada.
Hundido en tu soledad, atrapado en tu orgullo.
El miedo te llega a helar y no puedes echar atrás.
Condenado a vivir eternamente como tu dios.
Su última voluntad, pidió cambiar el papel.
Te dejo yo el hechizo y ahora soy tu ley.
Cedió su inmortalidad a cambio de poder.
Yo soy el perseguido y ahora eres tú el brujo.
Condenado a vivir eternamente como tu dios.