En qué mundo hemos caído!
El mundo de los robots,
ya no hay manos amigas:
no existe la contención.
El frío metal ha cubierto
los sentidos, la razón:
ha llegado hasta sus almas.
¡Oh, Robots, sin corazón!
Ya no sienten, ya no sueñan,
caminan sin ver ni oír,
sus corazones son software,
sus cerebros: microchips.
Un día no muy lejano
despertarán de mañana
y verán que su existencia
siempre ha estado programada.
Despertar es la única opción
para quebrar el sistema de control,
despertar de las redes de ilusión
para escapar de este mundo de robots.
Un día no muy lejano
sus conciencias cambiarán
Y entrará en sus sistemas
la tan velada Verdad.