Era el aire tibio del verano,
era nuestra casa y tu acordeón.
Eran tus historias con sus brujas,
con Hansel y Grettel en tu voz.
Y decíamos "viene el abuelo".
Se acercaba la hora del cuento,
de escuchar "Corazón de madera"
y cantar.
Si me hablan del trigo,
si me cuentan del mar,
si me nombran mi pueblo
me acuerdo de él.
Si me hablan del trigo,
si me cuentan del mar,
si me nombran mi pueblo
me acuerdo de él.
Éramos, abuelo, las arrugas
del viejo, gastado traje azul.
Y al volver cansado en tu caballo
éramos tu orgullo, tu solaz.
Y decíamos "viene el abuelo".
Se acercaba la hora del cuento,
de escuchar "Corazón de madera"
y cantar.
Si me hablan del trigo,
si me cuentan del mar,
si me nombran mi pueblo
me acuerdo de él.
Si me hablan del trigo,
si me cuentan del mar,
si me nombran mi pueblo
me acuerdo de él...