La ciudad bosteza
Al atardecer
Mientras se insinúa
El anochecer
Campanas de bronce
Las voces de Dios
Anunciando a la novena
Se oye cuál deber sagrado
Con su toque acompasado
De oración
Viejitas y muchachas
Desfilan hacia el templo
Refugio de las almas
Que descansan en paz
Hilvanan un rosario
De penas y recuerdos
De hermanos, padres, novios
Que ya no volverán
Los fieles de rodillas
Elevan hacia el cielo
Plegarias a la virgen
Y súplicas a Dios
Y mientras en voz baja
Dicen aves marías
El padre sermonea
Desde el altar mayor
En un rincón del templo
Hincada y sollozando
Una viejita humilde
Que llora de emoción
Son lágrimas de su alma
Las cuentas del rosario
Y esa infinita angustia
La de su corazón
Respetan esa pena
Los que saben la historia
Y en su dolor sagrado
Repite en la oración
Oh señor, yo tuve un hijo
Pero vino la guerra
Me lo pidió la patria
Y nunca, nunca más volvió
Lo espero con ansia
En su soledad
Y con su retrato
Se ponía a llorar
Lo espero con ansia
Pero no volvió
Le contaron los que han vuelto
Que en la guerra lo mataron
Abrazado a su bandera
Con valor