Dichoso tiempo aquel
De la niñez maravillosa
Infancia de oro y miel
Bendita edad de ingenuidad
El mundo era un edén
En dónde el bien reinaba
Y lleno de ilusión
Era feliz el corazón
Caricia maternal
Mano leal y generosa
Ternura sin igual
Mundo ideal color de rosa
Del venturoso ayer
Solo quedo el recuerdo
La vida dura y cruel
Ya me enseñó lo que es dolor
Mi corazón sangrante tengo
En el pesar más cruel sumido
Extraña el buen calor del nido
Y en la canción
Se derrama tu emoción
Evocación del bien perdido
Es para ti la canción
Y acariciar tus oídos
Se irán los latidos
De mi corazón
Ahora que no estás
Te siento más
Hondo en el alba
Y nadie ha de poder
Podrá borrar jamás
Tu imagen fiel
Ahora que no estás
Es tan tenaz la angustia
De haber sido quizás
Alguna vez un poco cruel
El eco de tu voz
Qué voz de Dios
Vibra en mi oído
Y el sopló alentador
Qué da valor al abatido
Tu beso inmaterial
Pasa mi sien rozando
Y aunque no estás aquí
Muy maternal velas por mí