Gambeteaba la pena en sus ojos
Y en su cara color tierra siena
Las miradas de angustias cruzaban
Jineteando detrás de la pena
Se llamaba Felisa Tolosa
Y era gaucha con nombre prestado
El Felisa lo había pedido
Y el Tolosa lo había inventado
Nunca tuvo ni donde morirse
Nunca supo lo que era alegría
Y llorando la vieron mil veces
Los caminos de la serranía
Nunca pudo besar una mano
Paternal que le hiciera un halago
Y sus hondos pensares sabían
Los gorriones y perros del pago
Hasta un día que vino un resero
De bombacha y pañuelo floreado
Y un suspiro de fuego en la oreja
Le dejo como un aro colgado
Se encontraron de frente a la Luna
De suspiros volaron bandadas
Y domaron sus bocas a besos
Esa noche dos almas trenzadas
El resero dejó a la Tolosa
Y ninguno su nombre ha sabido
El resero se fue para siempre
Y enarcado llegar al olvido
Y hoy Felisa Tolosa no espera
En sus pilchas sonrientes dormita
Y a su lado prendida del pecho
Tironeando se ve una guachita