Muerdo la luz prohibida
sobre tu barro entrañable,
barro divino y pagano,
sacro demonio de carne,
ángel de tierra caído,
bebo tus fuegos amantes.
Formo de ti un santuario
desde tu barro entrañable,
templo de lúdicos ritos,
sólo me quedan altares
para adorar tus pecados
de paraísos mortales.
Duermo borracho de cielo
sobre tu barro entrañable,
cuerpo de incienso caliente
y penitencias salvajes,
duermo en tu tierno milagro
de peces y minerales.