Desperté, el lujo me ha desvelado.
Me pregunté quien es esa
que esta noche durmió a mi lado
Y el reflejo de un ser
que aún no he recordado.
En el espejo yo miré,
pero allí nada he encontrado
No era yo, sino otro,
el que mi cuerpo se ha quedado.
La confusión en este día
en mi alma se ha sembrado
En un solo instante recorrí
un camino que creí perdido.
En rajada puerta encontré
los recuerdos que hoy tengo en el olvido.
Yacía en el suelo mi otro yo
que con santería había traído.
De su cuerpo mi alma se apoderó.
La codicia traerá mi sino.
Tu cuerpo no eres digno de merecer
Más con el calor que surca mis venas,
con tu vida me quedaré.
“Dios no da a todos lo que se merecen,
pero aquí estoy yo para arreglarlo”
Los renglones torcidos del Yo
hoy por mí serán enderezados.