Ódiame, ódiame, solo ódiame.
Ódiame tanto como las fuerzas te lo permitan.
Ódiame tanto como el corazón te lo exija.
Ódiame
Ódiame
Ódiame
Solo ódiame
Ódiame tanto como el dolor que sentiste en tu corazón
cuanto aquel puñal lo rasgó.
Ódiame, ódiame tanto como el alma te lo pida.
Ódiame, sin piedad y sin medida.