Maldecido a mi suerte.
Bendecido a mi pena.
Siento un dolor inmortal.
Cuando tu alma espera la luz en la tiniebla,
vomitarás, blasfemarás mi manjar
Ven, acude a mi ser.
Te perdonaré, o condenaré.
El Reino de los Cielos en mis llaves está.
Cargaré con tu inmundicia.
Tu miedo te salvará.
Amarga condena.
Gran losa que pesa y quema.
Mi ser es templo de maldad.
Alimento del alma que atormenta mi calma.
Solo la muerte despide de verdad.
Memento homo quia pulvis es et in pulvere reverteris
Cuando se acerca el final,
el único secreto es la inmortalidad.
Tu tormento liberaré
o tu condena sentenciaré
Soy digno de preservar la esencia de la maldad
y de mancillar y cargar con esta cruz.
El sabor de tus pecados arderá en la soledad de mi alma.
Una vez más.....