Un invierno en la cama, en la cabeza un infierno
escondido en mi habitación
Sin muchos peligros, quema tanto la calma
en los callejones del miedo.
Salí a buscarte, me encontraste tú
junto al amanecer.
Estrellas rojas, lunas salvajes:
Eterno instante de locos, eterno instante de locos.
Nadie nos dijo que había un adiós escrito en tu reloj,
¡Qué más da!
Si este segundo estamos estacionados
junto a un cielo rojo.
Tú y yo... Tú y yo...
Pintábamos noches de fresa, de sueños, espinas y rosas.
No sé en qué momento
cambiamos los hilos por finas cadenas.
Salí...