Tú eras el agua y yo la sed bajo este sol
No fue el miedo sino las ganas de jugar
quien nos llevó por calles húmedas sin fin
a un laberinto de sangre y fuego.
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Rozamos juntos con los dedos
cielos de pasión, saboreando
cada segundo junto a ti.
Mil territorios salvajes
para llegar a un laberinto
de sangre y fuego, de sangre y fuego.
Ahora que nos hemos perdido
en las esquinas de la noche
respiro fuerte por las heridas
nadando en negro, negro, negro
Un recuerdo a matar
Ruinas de un adiós
Dame una brizna de sol
para volver a empezar... (bis)
en un lugar aún sin descubrir.
Ahora que.....