Nada más que tus ojos castaños
en un año perdido y marchito.
Nada más que un rondín pequeñito
y un pequeño poema en menor.
Nada más que un afán de distancia
en tu infancia feliz de novela
y tu trenza rebelde y tu espuela.
Nada más, nada más, nada más.
Carrousel, van rodando cansados
tus colores pintados a mano,
con su tibia ilusión de verano
y sus vanos recuerdos de ayer.
Carrousel, organito gastado,
musiquita de todos los días.
Por qué quieres volverme al pasado
si el pasado no quiere volver.
Un osito de trompa manchada
en tu almohada de nieve y de raso.
Y un recuerdo siguiendo tus pasos
en la tarde que quiere llover.
Nada más que un ayer sin memoria,
en tu historia lejana y trigueña
y tu risa campana pequeña.
Nada más, nada más, nada más.