Una esquina de ayer
en las horas que el sol
hace rato apoliya
y en la silla de un bar
una dama vulgar
y un bacán que la afila.
Un bohemio en un rincón escribe letras;
con el dedo un gran señor manda otra vuelta.
Un saludo cordial
y el silbato alegrón
de un vapor al llegar.
Arrabaleros cafetines
donde empeñan sus abriles
las muchachas de percal
y entre las copas sin historia
cada historia es una copa
que derrama la ciudad.
El invento tragavento
suelta música de jazz...
Muchachitas de ojos tristes
que nos vienen a esperar...
Y un varón del novecientos,
descontento,
que reclama su gotán.
Un rayito de luz
va cargando su cruz
por la calle desierta
y en la acera un galán
que abrocha el gabán
Allá arriba el cielo arrimado a una puerta.
Allá arriba en el cielo azul se despereza...
Palidez de otro mantel sobre la mesa
Y después, al partir,
moneditas de sol
sobre el amanecer.