No has visto allá en el campo,
morir aprisionada
bajo tu pie una margarita
y alzar el nuevo día,
crecer tras de tu paso
otra cual sol de mañanita.
Lo mismo es mi cariño
con el que tu has deshecho,
remosaré mi corazón
y ya veras como en mi pecho
de un rosal que muere
brota una flor.
Donde termina un amor otro empieza,
dice un proverbio de páginas viejas.
Y en nuestro corazón ya verás,
todo el ayer florecerá.
Si cuatro vidas alcanzarate Dios,
en cuatro vidas te amaría
y cuando junte en la agonía de este amor
mis manos en cruz,
no dejaré este mundo
si a mis pupilas no cierras tu.