Vestida de noche y luna
señores... aquí la traigo;
dejen paso a esta hermosura
que es una milonga pura
más criolla que el mate amargo.
Soñando entre sus cantares
voy a formar mi bandera
con las canas de mi madre
y el azul de unas ojeras
donde hoy pierdo el corazón!
¡Qué dulce es amarla,
sentirla y besarla!
Y oír la voz querida
de una boca que nos pida
un beso sin traición,
y el corazón,
con alma y vida.
¡Qué linda es mi criolla,
qué brujo el amor!
Risueña como la aurora,
Señores, ¡cruza mi dama!
No desairen su figura
que al contonear su cintura
ríe y llora mi guitarra.
Milonga de Martín Fierro,
blasón de mis arrabales;
más te canto y más te quiero
porque al taconear tus calles
en sus brazos vivo yo.