De un mundo de santos,
Dios quiso legarme
un ángel divino
virtuoso y amado,
un ángel hermoso
para que me guíe.
¿Por qué seré bueno
o por qué soy malo?
Lo cierto es que llevo
su imagen bendita,
jugando dulzona
en mi pensamiento,
tan solo un instante
de mi no se aparta.
Su voz cariñosa
por doquier la siento.
Yo tengo una novia
eterna y sincera.
¡Si son de sus labios,
no hay besos más grandes!
Si tardo en la cita,
sonriente me espera.
besando mi frente
porque llegué tarde.
Yo tengo una novia,
no hay otra más buena,
más noble y más pura.
¡Jamás va a engañarme!
Por ella gustoso,
daría mi vida
porque ella no miente,
porque ella es mi madre!
Que digan los sabios
si hay algo más bello,
si hay algo en la vida
que empañe sus galas.
Dichoso de aquel
que llorando un quebranto
encuentra reparo
al calor de sus alas.
¡Oh madre querida,
tu nombre venero!
Sin el cuántos hijos
perdieron el rumbo,
con el dos amantes
se dicen te quiero,
con el en los labios
se deja este mundo.