Como un beso inesperado
y en el fondo deseado, así eres tú,
un regalo extravagante,
un auténtico diamante, eso eres tú.
Una canción, un sonido ya olvidado,
escondido en el pasado, que nos vuelve a despertar.
Una señal, porque quiso Dios mirarnos,
empeñado en recordarnos que nos ama de verdad.
Y aún no sé muy bien si es cierto,
o si sueño estar despierto y no soy yo,
o me engaña ahora el espejo,
o me estoy haciendo viejo, o qué sé yo...
Puedes dormir, que hoy la noche es plateada,
y la luna enamorada nos sonríe desde allí.
Despertarás cuando el sol escale el cielo,
cuando se derrita el hielo y verás que aún sigo aquí...
Mientras tú me necesites yo me quedaré,
porque tú no sientas miedo yo te velaré...
Duerme niño, duerme mi alma, duerme;
duerme niño, duerme mi alma, duerme...