La cruz
Y podría contar de ti cien mil historias y jamás te haría justicia.
Y podría guardar por años tu memoria y proclamar tu gran noticia.
Y aún haciendo lo que debo sigo aun debiendo todo a tu clemencia.
Tu paciencia es más de lo que pueda imaginar ni en mil años te podría pagar.
Y por más que aprenda no logro comprender la esencia de tu indescifrable amor.
Que cada día me devuelve al mismo rojo amanecer cada mañana es volver a nacer...
En la cruz, donde primero vi la luz y las manchas de mi alma yo lave.
La realeza que se obstina, tu cabeza que se inclina, mi pobreza que termina en la cruz.
Y eh gozado los deleites de la vida y eh surcado el mar abierto.
Y eh mirando el cielo azul flotando sobre el amarillo del desierto.
Y me sigo enamorado cada día de la luz de la mañana.
Y aun así despierto siempre en el mismo lugar, en el monte que te oyó gritar.
Y por más que aprenda no logro comprender la esencia de tu indescifrable amor.
Que cada día me devuelve el mismo rojo amanecer cada mañana el volver a nacer...
En la cruz, donde primero vi la luz y las manchas de mi alma yo lave.
La realeza que se obstina, tu cabeza que se inclina, mi pobreza que termina en la cruz.
Y habrá una réplica para la sixtina,
Y pintara otro velazquez las meninas,
Y volverán las oscuras golondrinas.
Pero nada igual a lo que un día se logró.
En la cruz, donde primero vi la luz y las manchas de mi alma yo lave
Es mi braza y es mi hoguera, es mi casa y mi vereda
Todo pasa y todo queda en la cruz.
La realeza que se obstina, tu cabeza que se inclina, mi pobreza que termina en la cruz.
Es mi braza y es mi hoguera, es mi casa y mi vereda
Todo pasa y todo queda en la cruz.