El consejo
Consejo
Bebe el agua que brota de tu propia fuente
y no busques saciarte en otra corriente
que solo traerá tristeza a tu corazón;
No codicies la plata ni la tierra ajena
y no tientes al lobo cuando hay luna llena
porque él no tendrá compasión de ti;
Nunca culpes al cielo de tu situación
ni pretendas ser otro en tu imaginación,
sé más sabio y acepta el molde de tu condición;
Y no entierres la mina que se te entregó,
aprovecha los días que tu Dios te dio
y celebra a cada amanecer del Sol.
No edifiques tu casa sin antes pararte a pensar
si en tu mano tienes suficiente para comenzar
y llegar hasta el final;
No provoques la lucha contra tu enemigo
si no has calculado quién está contigo
y cuantos vendrán a combatirte a ti;
Nunca frunzas el ceño para perdonar
y no tires la piedra en primer lugar,
ni desvíes jamás la vista por decir la verdad;
Prueba a ser más sencillo, mira alrededor,
agradece la lluvia, planta alguna flor,
y pellízcate al sentir la luz del sol.
Y si llegas a tropezar en tu camino,
no escondas la cara, aunque hayas caído,
tendrás que aprender, para recomenzar;
que es mejor ser honesto y empezar de cero,
que urdir un atajo por llegar primero,
y a Dios no podrás engañarle jamás;
Y si buscas primero el Reino de los Cielos
verás añadidos todos tus deseos,
y aún en la noche oscura de tu corazón,
brillarás como el oro puro de verdad,
como el águila en vuelo te remontarás,
volverás a ver brillar la luz del sol.