Me dijeron tantas cosas.
Tantas cosas me creí.
Que la vida era otra cosa.
Que no era una infeliz.
Sólo soy una mujer.
Si supiera...
Si pudiera...
Si yo fuera una doncella,
la Princesa de Tudor,
pasearía mis amantes
por los prados de Watteau.
Y si yo fuera una reina,
la mujer de Napoleón,
junto a él haría la guerra,
pero sólo por amor.
Si yo fuera Ana Bolena,
si tuviera su valor,
no tendría esta tristeza
de ser nadie bajo el sol.
Si yo fuera como ellas
me vería tal cual soy.
Ni más triste ni más bella
que la dicha o el adiós.
Sin vergüenza del pasado,
porque ayer también es hoy.
Si yo fuera como ellas
sería otra mi canción.
Si pudiera ser yo misma
y mirarme tal cual soy.
Y encontrarme con mi vida.
Y saber adónde voy.
Que el ayer no me detenga.
Ni la falsa compasión.
Ni consejos, ni prudencia,
ni la envidia, ni el dolor.
Y que sea lo que sea.
La mejor o la peor.
Que no pida, que no pueda
ya ser otra, sólo yo.
Si yo fuera como ellas
me vería tal cual soy.
Ni más triste, ni más bella
que la dicha o el adiós.
Si vivir fuera más fácil.
Si alcanzara mi ilusión.
Si yo fuera como ellas
sería otra mi canción.
Si yo pudiera entregarme
sin medida a una pasión
como quien quema las naves,
como quien habla con Dios.
Si mi vida fuera otra.
Sólo entonces sería yo.
Aquí dentro hay otra Eva
y es mejor de lo que soy.
Si pudiera, si me atrevo
a ser lo que sueño yo.
No tendré más esta pena
de ser sólo lo que soy.
Brillaré como una estrella.
Seré alguien bajo el sol.
Algún día seré Eva
y ese día seré yo.