En realidad esta canción yo debería haberla cantado el año pasado porque ustedes recordaran seguramente que un gran triunfo para nuestro país fue la entrega de un premio Nóbel a un científico argentino. En ese momento el doctor Leluard tuvo la deferencia de enviarme desde Estocolmo el trabajo por el cual él se había hecho acreedor a dicha mención. Pero debido a la huelga de los correos a mi me ha llegado recién hace unos días, y yo pienso que este trabajo no puede estar ausente en este simposio.
Hay antimonio, arsénico, aluminio, selenio,
hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y renio,
y niquel, neodimio, neptunio, germanio,
y hierro, americio, rutenio, uranio,
europio, zirconio, lutecio, vanadio,
y lantanio y osmio y astato y radio,
y oro y proactinio e indio y galio,
y yodo y torio y tulio y talio.
Hay itrio, iterbio, actino y rubidio,
y boro, gadolinio, niobio, iridio,
y estronio y silicio y plata y samario,
y bismuto, bromo, litio, berilio y bario.
¿No les parece interesante?
Yo me imagine que les gustaría.
Espero que estén prestando atención ¿no?. No, porque sino van a tener que escribir después cien veces “Amo a la junta de comandantes”.
Hay holomio y helio y hafnio y erbio,
y fósforo y francio y flúor y terbio
y manganeso, mercurio, molibdeno, magnesio,
disprosio, escandio, cério y cesio
y plomo, praseodimio, platino, plutonio
paladio, prometio, potasio, polonio,
y tántalio, tecnecio, titanio, telurio
y cadmio y calcio y cromo y curio.
Hay azufe, californio y fermio, berkelio,
y también mendelevio, einstenio, nobelio,
y argón, kriptón, neón y rodio,
y cloro, carbono, cobalto y sodio.
Estos son los elementos por Leloir reconocidos
debe haber algunos otros, más no han sido “descubridos”