¡Decí, por dios, qué me has dao
que estoy tan cambio...
no sé más quién soy!...
El malevaje extrañao
me mira sin comprender,
me ve perdiendo el cartel
de guapo que ayer
brillaba en la acción...
No ve que estoy embretao,
en tu corazón.
Te vi pasar tangueando altanera,
con un compás tan hondo y sensual,
que no fue más que verte y perder
la fe, el coraje, el ansia ‘e guapear...
No me has dejao ni el pucho en la oreja
de aquel pasao malevo y feroz.
ya no me falta pa’ completar
más que ir a misa e hincarme a rezar.
Ayer, de miedo a matar,
en vez de pelear
me puse a correr...
Me vi a la sombra o finao,
pensé en no verte y temblé;
si yo -que nunca aflojé-
de noche angustiao
me encierro a llorar...
¡Decí, por Dios, qué me has dao,
que estoy tan cambiao...
no sé más quién soy!