Tenías en los ojos la garúa de ese abril
y trágicas ginebras resbalando por la voz.
Desplantes veinteañeros jugueteando en tu perfil
y una manera extraña de reírte con la tos.
Caían tus cabellos lloviznando tu vaivén
cuando llegabas, leve, danzarina de “bluyín”.
Copabas con la música silbada de recién
y desde tus collares, sonreía un arlequín.
Flaca de abril, yo te llamé.
Y fue tu luz, un sol de otoño.
Fiesta fugaz, piba que amé
sólo un abril, pero con todo.
Flaca de abril, con vos se fue
mi verso loco.
Te quise así: humo en la piel,
pelo en los hombros.
Flaca de abril...
Con el baruyo que yo te di,
fuiste más mía
y más de abril....
Tus besos fueron hondas mordeduras de cognac,
con un tabaco áspero de borra de café.
En brumas de boliches, confidencias y algo más,
vi toda la inocencia que sabías esconder.
Abril te dio mis sueños y mis furias de querer.
Aquella mishiadura que quisimos compartir.
Y con tu mufa flaca nos supimos entender,
porque yo te traía nostalgias de otro abril.