De amplia miel era su corazón en agraz y su boca locuaz como un viento fluvial la corriente total de su sangre en acción la arrastraba en turbión convecido y caudal. No fue extraña al telar por la usina pasó a la greda volvió regresó de la mar y a mi lado durmió. Germinó con aquel resplandor maternal que la hacía panal y la henchía de ser y aprendió a comprender y comprendió al pensar y pensó al militar y militó al crecer. No fue extraña al telar por la usina pasó a la greda volvió regresó de la mar y a mi lado soñó. Cuando ardió la ciudad cuando el tanque arrasó y su pueblo cayó traicionado otra vez. La vi mucho a través de los meses actuar trabajar, ayudar, desgarrarse los piés. No fue extraña al telar por la usina pasó a la greda volvió regresó de la mar y desapareció.