Esas minas veteranas
que siempre se conformaban,
que nunca la protestaban
aunque picara el buyón,
viviendo así en su cotorro
pasando vida pibera
en una pobre catrera
que le faltaba el colchón.
¡Cuántas veces a mate amargo
el estomago engrupía
y pasaban muchos días
sin tener para morfar!
La catrera era el consuelo
de esos ratos de amargura
que, culpa 'e la mishiadura
no tenía pa' morfar.
Se acabaron esas minas
que siempre se conformaban
con lo que el bacán les daba
si era bacán de verdad.
Hoy sólo quieren vestidos
y riquísimas alhajas,
coches de capota baja
pa' pasear por la ciudad.
Nadie quiere conventillo
ni ser pobre costurera,
ni tampoco andar fulera...
Sólo quieren aparentar
ser amigo de fulano
y que tenga mucho vento
que alquile departamento
y que la lleve al Pigall.
Tener un coche,
tener mucama
y gran "chapó"
y pa' las farras
un gigoló;
pieza alfombrada
de gran parada,
tener sirvienta
y... ¡qué se yo!
Y así...
de esta manera
en donde quiera
"champán tangó".