Quiero ofrecerte un presente
ahora que el olor del azahar
llena de quietud y de armonía
el corazón y los naranjos.
Ven a mi gruta
Aquí no hay sombras
de lobos proyectadas
sobre rocas oscuras.
Déjame que acompase
nuestras respiraciones
y que discurra el tiempo
como agua en los dedos.
Porque amarnos será
nuestra contribución a la dicha
de un mundo atribulado.