No podrás olvidar
este cariño mío,
lo tendrás que llorar
entre dolor y hastío.
Cuando llegues a estar
en medio de un vacío,
envuelto en una pena,
una enorme pena
como ésta que me das.
Hoy, al pensar,
en los años que perdí
sin encontrar
el amor que perseguí.
Tus palabras,
tus viejas palabras
torturan mi vida
y las llevo
quemantes, sangrantes,
igual que una herida
que no puedo curar.
No podrás olvidar...
y qué verdad, qué cierto.
Que castigo el estar
por un cariño muerto.
Y que yo lo maté
y se quedó conmigo,
como una enorme pena,
la peor condena
que Dios me pudo dar.