Una lágrima tuya
me moja el alma,
mientras rueda la luna
por la montaña.
Yo no sé si has llorado
sobre un pañuelo
nombrándome,
nombrándome,
con desconsuelo.
La voz triste y sentida
de tu canción,
desde otra vida
me dice adiós.
La voz de tu canción
que en el temblor de las campanas
me hace evocar el cielo azul
de tus mañanas llenas de sol.
Una lágrima tuya
me moja el alma
mientras gimen
las cuerdas de mi guitarra.
Ya no cantan mis labios
junto a tu pelo,
diciéndote,
diciéndote,
lo que te quiero.
Tal vez con este canto
puedas saber
que de tu llanto
no me olvidé,
no me olvidé.