Jamás se aleja del todo
de su tierra el santiagueño,
donde se vaya va emponchado
de Santiago del Estero.
Es cantor y trashumante
caminador sin fronteras,
lleva su sol en el cuero
y en la voz la chacarera.
Por sus acequias sanguíneas
boquea el bagre su ausencia
cuando no encuentra en el cielo
al que robaba estrellas.
Chacarera, chacarera
buscalo a ese santiagueño,
buscalo al que ande más lejos
y hacete añapa en sus sueños.
En las paredes que encierra
sus nostalgias ahí colgadas,
como dos lágrimas secas
caja que habitan vidalas.
Un vila cali materna
en sus manos la guitarra
le habla del pago querido
acariciándole el alma.
Hay en la mesa hogareña
pan co horno de barro,
tamales, locro, empanadas
y todo huele a Santiago.