Bailar y vivir, la misma emoción
andar un destino de ritmo y dolor
alegrías y amor
para Adela y Carlos Saavedra.
La zamba es un rezo cerquita de dios.
Amar o morir, fue siempre el compás
tratar de brillar aunque sea
en un cielo de barro de sal
llevas una cruz en las alas
y es fuego el camino de tu libertad.
La noche atrae con su esplendor
un hombre sueña con su mujer
detrás del pañuelo,
va el alma en el aire
buscando un querer
y por Tarapaya anda el viento
como un remolino que quiere volver.
Bailando me fui, del patio inicial
ensayos, sudor, sacrificios y miedos
en mi soledad
en el mundo hallé a mis hermanos
y a la compañera, que quise a la par.
Es una virtud de aquel que es feliz
poder encender la mirada interior
para hacernos reír un alejador de tristezas
y el ánimo fuerte de gran bailarín.
Algunos dicen que hay que danzar
frente a la muerte y ante el final
y allí relatar como han sido
los días del ser terrenal.
Para Adela y Carlos Saavedra
Un cielo de zambas esperando está.